Noviembre 30 de 2001

Cucuta, Norte de Santander
El agradecimiento y la despedida
Única versión

Vuelve y juega: la vida es cruel, no lo olviden


No sé ustedes, pero anoche aunque estaba trasnochado, me costó mucho trabajo dormir tranquilo, solo pensando en este día, el llegar a tiempo, acomodarme la corbata, la toga, que el birrete, que la forma de recibir el diploma, lo que pienso decir y todas esas cosas que uno prepara de manera maquinal para que todo salga perfecto. Yo también prepare estas palabras de la forma más maquinal posible.

El agradecimiento, dos puntos:

Si de agradecer se trata, pues gracias a dios nos graduamos, gracias a nuestros padres y familiares que a pesar de todo se esforzaron para que estuviéramos aquí, gracias a nuestros profesores que nos enseñaron, nos aconsejaron algunas veces y a la hora de decidir, cedieron. Gracias a esas personas que lucharon por que nos graduáramos, gracias a mis compañeros y amigos, que en el momento justo estuvieron ahí, para escuchar nuestros líos y de esa forma tener la mente despejada para el examen, con un borrador, con un lápiz o en el mejor de los casos, con un papelito de letra muy menuda y a nosotros mismos, porque si no es por nuestro esfuerzo, entonces por soportarlo, ¿no?

lo anterior en términos generales, creo que le corresponde agradecerles a esas personas especiales que siempre estuvieron ahí para ayudarnos pero en mi caso yo pienso aprovechar este momento.

Le agradezco a Dios por darme mi inteligencia a homero y a su esposa por prestarme plata, por prestarme los libros y el minicomponente de antes de ayer a mi queridísima abuela, por soportarme, por estar pendiente de mi todo el tiempo, por regañarme en el momento justo, por facilitarme, también a mi abuelo, sin él mi abuela no podría ayudarme como ella quisiera. A mis padres porque desde pequeño me enseñaron sin darse cuenta todo lo que soy y sé, porque estuvieron ahí incondicionalmente a pesar de que muchas veces los decepcione, a ellos porque se esforzaron por darme lo mejor.

A mi profesores, porque soportaron al alumno más caprichoso de este planeta y me ayudaron en los momentos difíciles de mis estudios, porque me ayudaron a sentar cabeza cuando andaba desesperado por algo. A mis compañeros porque ellos formaron mi personalidad, sin ellos lo más seguro es que no descubriera cuanto valgo y cuanto puedo dar, no descubriría mi afinidad por escribir y mi gran gusto por el tequila. No es que yo sea igual a ustedes, lo saben mejor que nadie, solo que yo me obstine tanto en ser todo lo opuesto. Eso es algo que les agradeceré toda mi vida.


La despedida, dos puntos:

hoy entramos a otro lugar, hoy se nos quita ese escudo al que llamábamos colegio, hoy se nos entrega una realidad que hasta ahora palpamos, hoy esa realidad nos perderemos, cambiaremos y posiblemente olvidemos quiénes somos y quiénes eran. Es cuando uno dice “hasta luego, me despido de ustedes”

No pienso entrar en recuerdos, ni robar lagrimas, solo les digo que quizás este día sea el último en el que nos reunamos todos, como lo hicimos en Pamplona cierta fecha, quizás este sea el último día en el cual nos veamos la cara, quizás sea nuestra última conversación personal con nuestros amigos, quizás sea el final… quizás no, eso depende de nosotros dependen de nosotros que este día no se pueda olvidar, solo queda en nosotros el no dejar que esa realidad nos devore.

Y para terminar, escuchen con mucha atención y espero que no me malinterpreten:

"odiar, es querer sin amar, querer es luchar por aquello que se desea y odiar es no poder alcanzar por lo que se lucha. Amar es desear todo, luchar por todo, y aun así, seguir con el heroísmo de continuar amando"   – Andrés Caicedo

Dicho esto, odio a mi colegio, odio a mis compañeros pero aun así amo a ciertas personas


Gracias.