Octubre 23 de 2008

Crónicas del Desparche. Capitulo I, el Origen

Los datos precisos de cómo sucedió toda esta vaina no los tengo, pero si estoy seguro de algo, con esto recordaremos y sabremos por lo menos que existió un inicio, como en casi todo en este mundo, la generación espontánea no es un opción.

Básicamente todo empezó a girar alrededor de esa mágica frecuencia en el F.M., el 99.1 Mhz de Bogotá. La emisora en ese momento estaba consolidándose como la conocemos ahora, no existían cosas como el submarino, las mañanitas ni nada de eso… sin comerciales, sin anuncios de ningún tipo a ningún evento de ninguna clase, ni conciertos ni nada, solo la música, la música de Radionica.

Si mi memoria no me falla, no pasaron más de dos meses cuando empecé a escuchar la voz de Dahiana Rodríguez de manera comunicativa (es decir, escuchándola decir algo más que “Ra…Ra… Radionica”) y ella decía ahora decia “estamos en la red…” o algo así, lo importante era lo siguiente: Tenían una sala de chat.

Mas o menos todo sucedió al mismo tiempo, se monto la pagina, se crearon los espacios radiales y los pocos que en ese momento sabíamos que ese dial existía nos empezamos a sentir orgullosos de que por fin se consolidaba una propuesta diferente en la radio. Así, con curiosidad me acerque a la página, me registre (nótese que UNO se registraba) y empecé a mandar bytes en la sala de Chat.

Había varias salas, una para cada uno de los programas: Hall de la fama, Solo éxitos, Días de Radio, Contraflujo, Submarino…. No recuerdo las otras, pero lo cierto era que ahí era donde se parchaba la gente y pues cada sala entraba en vigor a determinado horario, es decir, si uno hiciese la labor de quedarse todo el día en línea, uno se daría cuenta que en ciertas salas a la misma hora se encontraba con la misma gente, lo cual lo hacia muy practico, como si uno fuera a la salida del trabajo (o del colegio o que sé io) a alguna panadería-cafetería y empezase a hablar con los ahí presentes en el lugar común, por que era eso, el espacio común para hablar.

Entonces claro, en un espacio tan “sofisticado” uno encontraba gente sofisticada, es decir, gente que no era común, gente que, siendo sinceramente franco, sería muy difícil conocer en otro lugar. Y como dice el dicho, (creo…) “Dios los crea y el diablo los junta” así que después de muchas conversaciones, consensos, chistes, emoticones y gift animados, se llego a la conclusión mas irracional posible (en ese entonces, ahora parece tan…. Cotidiano y lógico, y por que no, hasta obvio) “Vamos a reunirnos a hablar en algún lugar”.

Claro, el escepticismo es lo primero: ¿Quién putas va a venir?, ¿En serio nos vamos a ver allá?, “Si!, ustedes son bacanos pero ¿Será lo mismo en el live action?” me gustaría precisar la fecha exacta, pero en mis registros de vida no encuentro la fecha, pero fue para finales del 2007… acordamos vernos en las “oficinas” (la Toma, un barcito por ahí en el chorro de Quevedo, que nos recomendó alguien (dea)) y allá nos vimos, (que si se toman la molestia de mirar las fotos del grupo, verán que son las primeritas, esas que parecen en una casa) y si, eso demostró que la irracionalidad y el desparche (también la amistad, creo io) eran el camino a la salvación… allá nos conocimos finalmente, hablamos, nos reímos, jugamos a… a lo imposible, confirmamos, por lo menos en mi caso que “no estoy solo en el mundo”. Porque claramente era que a pesar de que cada uno de los presentes (recuerdo que cuando los conté para hacer la vaca, eran unos 25 – 26) eran personas claramente distintas, teníamos algo en común al estar ahí, y creo que era precisamente eso, el ser distinto (no diferente) al resto de la humanidad, me gusta pensar que es la música, pero también he descubierto que es mas que eso.

Y si, de ahí la mayoría quedamos re engomados con el cuento, la pregunta ya no era ¿Quién va venir? Sino ¿Qué vamos a hacer? Entonces en el chat nos veíamos y hablábamos de las cosas que habían pasado, y los otros, los que no se habían enterado de la reunión o no habían ido, nos preguntaban “¿es que ustedes ya se conocen?” o recuerdo una olímpica, después que teníamos ese chat de gorra y a nuestra merced “¿usted trabaja en Radionica?”… jajaja, no fue solo a mi, fueron a varios a quienes nos cuestionaron así una que ora vez.

Dadas estas circunstancias, las relaciones entre el grupo se fueron afianzando más, intercambiábamos nuestros números de cel, hasta nuestros correos (quiero hacer claridad aquí con algo, y es que una de las políticas era, dejar ese dato encubierto, cada uno venia pensando en la mala fama de las otras salas de chat, es decir te piden el correo y te empiezan a fastidiar vía MSN, entonces el correo era algo muy, pero muy personal) entonces cambiábamos, información sobre eventos culturales, música, cuanta cosa de nuestro interés común existiese, hasta una que otra carta para decir “hola, que rico conocerte…” y así esos lazos de amistad y compañerismo se volvieron tan relevantes como los de cualquier otra organización presencial en el mundo, lejos del cliché amarillista de “cuídate de la gente en Internet, siempre mienten”.

Nos seguimos reuniendo, alguna vez terminamos en la casa de alguien que no nos había conocido por un lapso superior a 5 horas en la vida… pero claro, en todas las historias, siempre hay un nudo, el lugar donde todo choca y acaba con el orden original del mundo, en nuestro caso fue algo muy esperado del mundo de la informática, Se cayo la sala de chat, no fue mas operativa y fue imposible acceder a ella.